EN FAMILIA PARA LOS JÓVENES

Intercambio de  experiencias y posibilidad de expresar sentimientos, vivencias, deseos: experimentarnos Familia Salesiana y ser conscientes de esa maravillosa realidad que podemos contemplar hoy.  Y todo ello para seguir dando pasos en nuestra identidad y misión, creciendo siempre en comunión.

Bajo la mirada de Nuestra Señora de Fátima, en una casa muy cerquita al Santuario, nos reunimos más de 60 personas, los días 22,  23 y 24 de noviembre,  de las distintas zonas de nuestras Inspectorías de España y Portugal, pertenecientes a los grupos de Salesianos Cooperadores (SSCC), Asociación de María Auxiliadora (ADMA),  Exalumnos, Exalumnas (EXA, FMA). Hijas de María Auxiliadora (FMA).  De nuestra casa participamos el profesor Javier Alfaya y sor Corona Nieto.

El encuentro fue convocado y estuvo animado por la Consejera General sor Mª Luisa Miranda y dos hermanas de su equipo. Para compartir el SUEÑO que bulle en el corazón, descubrir los RECURSOS de que disponemos y afrontar los DESAFÍOS que nos esperan de cara al futuro.

¿Qué nos convocó allí? El deseo y la voluntad de sentirnos y seguir creciendo como familia. Nacimos Familia: comunidad carismática, hoy muy agrandada, formada por 31 grupos reconocidos oficialmente que compartimos el mismo carisma.

Sentimos que ser familia es un gran regalo, pero ¿qué sabemos los unos de los otros? ¿Qué grado de comunión compartimos? La expresión más vital de la Familia Salesiana se hace patente sobre todo en el propio territorio, en el  ambiente donde vivimos, a través de los diversos grupos. Estamos llamados a  trabajar, formarnos, orar, pensar, CAMINAR JUNTOS.

Pero constatamos que aún tenemos un gran reto: conocernos todos más como familia, crecer como familia, seguir invitando a otros a formar parte de nuestra familia. Esa Familia que ya soñaron D. Bosco y Madre Mazzarello, cuyos miembros hoy estamos empeñados en ayudar a los jóvenes y a las jóvenes a crecer con esperanza de futuro.

En estos días hemos compartido mucha vida. Nos hemos cargado de energía, laicos y consagradas, animadores, coordinadores, delegados y delegadas, dispuestos todos a dar un nuevo impulso  a esta familia llamada a crecer en comunión, buscando en cada realidad particular  ocasiones de encuentro, de compartir, de trabajar y celebrar juntos.